Una nueva final se presenta este sábado a las 18:00 en Burgos para Casademont Zaragoza. El equipo, trás una buena actuación la pasada jornada en Valencia, se enfrenta a un rival directo en su objetivo por salir del fondo de la clasificación. Esta vez lo hace reforzando sus filas con la incorporación del nuevo técnico y del nuevo jugador, Sean Kilpatrick, que comparecía por primera vez tras su llegada el pasado domingo a Zaragoza.
El jugador norteamericano, con amplia experiencia en grandes equipos y ex del CB Canarias, ha pasado recientemente por una lesión a lo que se le suma su contagio por covid. Para disipar cualquier tipo de dudas admitió ayer estar a punto para competir: “solo quería venir a Zaragoza estando al 100% y así lo hice”.
Desde su llegada solo ha podido entrenarse una vez con el equipo pero, lo suficiente, ha asegurado, para sentirse acogido. Dice tener la sensación, a pesar de haber llegado solo para servir de referente estos dos últimos meses, de llevar más tiempo entre sus compañeros. Se ha adaptado bien a la forma de juego y espera y desea, tal y como le ha hecho saber el cuerpo técnico, poder competir en este próximo encuentro.
Como exjugador de la liga ACB, conoce al rival y conoce la responsabilidad que conlleva su llegada y esta primera final: “sabemos que el Burgos es un gran equipo, especialmente en la ACB. Les tenemos un respeto, pero nosotros tenemos también una misión, ellos tienen grandes jugadores ahora mismo, nosotros vamos a competir”.
Para el jugador además no hay una clave para el éxito más allá de seguir siendo el mismo: “en la ACB ya me conocen ya saben como soy y como es mi juego voy a seguir manteniéndome así, esto es lo que soy y lo que me ha ayudado en mi camino”. Todas las miradas puestas así en el jugador que parece ser ya una de las piezas claves que saquen a flote el barco del baloncesto zaragozista.