El 10 de mayo es desde hace 25 años una fecha señalada en el calendario del zaragocísmo. París se inundó de miles de aficionados blanquillos, el blanco y el azul daban colorido a la capital francesa. La cita era en el Parque de los Príncipes, lugar de culto desde entonces para los maños y el rival era todo un Arsenal, una gran potencia futbolística en aquellos años.
El Chelsea claudicó en semifinales ante el Real Zaragoza. El capitán, Xavi Aguado, fue el primero en creer que podían ganar. Con la palabra del referente del vestuario, el equipo se lo fue creyendo a medida que avanzaba el torneo y la prórroga en París fue un reflejo del espíritu de lo que era esa plantilla, entrenada por Víctor Fernández, hasta el momento.
A medida que los zaragocistas fueron pasando de ronda, toda España se hacía del Zaragoza. Todo el país empujaba desde sus salones para que los maños lograran algo casi inimaginable. Un sueño que acabó convirtiéndose en una realidad.
La crónica de París
Real Zaragoza y Arsenal se vieron las caras en aquel diez de mayo de 1995. El escenario no podría ser mejor. El Parque de los Príncipes pondría fin a una gran competición que el conjunto maño luchó como nadie fase tras fase. Tras eliminar al Chelsea por 4 goles a 3 en un partido de ida y vuelta en el que los zaragozanos supieron sufrir, tocaría de nuevo otro rival británico.
“París, ciudad que ama la calidad, está deseando descubrir al Real Zaragoza, un equipo espectacular, organizado y animado en este Parque de los Príncipes por más de 17.000 aragoneses”, relataba muy ilusionado el comentarista español. A lo que añadía: “Este Real Zaragoza, tercer clasificado en la liga española, es presentado con todos los honores en Francia como un cóctel de un gran equipo armonioso que tiene grandes virtudes que ya han ofrecido anteriormente equipos como el Milán de Sacchi, el Parma de Scala y el Barcelona de los mejores momentos de Johan Cruyff”.
Andoni Cedrún, Alberto Belsué, Jesús Solana, Fernando Cáceres, Nayim, Xavi Aguado, Miguel Pardeza, Santiago Aragón, Juan Esnáider, Francisco Higuera y Gustavo Poyet serían los once guerreros elegidos por Víctor Fernández para conseguir el soñado título europeo. Mientras, los del norte de Londres querían resarcirse y mostrar al mundo el por qué eran los vigentes campeones.
El equipo de Stewart Houston no le puso las cosas fáciles a los de Víctor Fernández. La presión y la intimidación fueron las principales armas de los gunners durante el transcurso de la primera mitad del partido, pero los zaragozanos supieron doblegarse y aguantar. El despeje bajo los palos de Belsué hizo que los seguidores maños tuvieran el corazón en la garganta, pero en el minuto 68 y desde fuera del área, Esnáider haría el primero para el Real Zaragoza. “Qué golazo acaba de marcar Esnáider, ni se enteró Seaman”, gritaba emocionado el comentarista. El argentino dejó su sello con aquel control rápido y su gran disparo con la zurda. La alegría duró poco y un tanto de Hartson devolvió las tablas al marcador.
La incertidumbre de los aficionados del Real Zaragoza fue una señal de que iba a empezar la prórroga en la gran final de París. En ésta, Xavi Aguado rozó el tan ansiado gol tras un remate de cabeza, pero Seaman y después el poste impidieron que el central se convirtiera en el tercer goleador del encuentro.
Los minutos fueron pasando por el electrónico y se veían cada vez más cerca los penaltis para ambos equipos. Sin embargo, en los últimos instantes de la prórroga apareció Nayim. El mediocentro sorprendió desde cuarenta metros con un disparo que no logró despejar Seaman. “El balón para Nayim y Nayim lo que ha intentado es batir a Seaman… Gol, gol de Nayim, gol de Nayim, gol de Nayim. En el minuto 14 y 50 segundos, impresionante el Real Zaragoza ha marcado el gol en el último instante. Tendrán que salirse del terreno de juego, pero es imposible hacerlo. Qué balón ha enviado Nayim y qué cara se le ha quedado a Seaman”, gritaba el comentarista.
En una final para la historia, un Real Zaragoza magnífico tocaba el cielo con las manos. La persistencia y lucha a lo largo del año tuvo finalmente su recompensa. “La Recopa es para el Real Zaragoza”, gritaban por la megafonía del estadio. Un tanto que llevó a la gloria a un equipo que conquistó Europa en 120 minutos.
Andrea Sáez/Adrián Mora.