Si alguien hubiese entrevistado a los aficionados del Casademont Zaragoza antes del partido frente al FC Barcelona quizás la gran mayoría te habría respondido que el partido iba a ser igualado, pero que al final el talento de los jugadores de Pesic iba a salir fuera. Porque nadie, o muy pocos, contaba con una victoria histórica, una victoria que le da el segundo puesto en la clasificación, en solitario. Pero sobretodo fue una victoria de equipo. Una actuación histórica. Una gesta que sitúa este equipo, en estos momentos, entre los grandes de España.
Fue un homenaje al baloncesto, un homenaje a la defensa, un homenaje a la cantera aragones. Porque además a parte de los primeros minutos, Casademont Zaragoza estuvo siempre por delante en el marcador y se puede decir que la victoria nunca fue en discusión. Ni siquiera en el último cuarto cuando el Barcelona intentó la remontada, Casademont respondía canasta a canasta.
El equipo aragonés mostró fuerza, seguridad, descaro y todos los adjetivos positivos posibles en este tipo de partido. El Barcelona nunca fue un problema. Fue un equipo competitivo, de principio a fin, sin egoísmos. Ofreció a un Pabellón completamente entregado un baloncesto rápido, dinámico, de posesiones cortas y algunos jugadores se asumieron responsabilidades que por la edad que tienen es algo espectacular.
Todos remaron hacia la victoria pero el choque deja dos nombres principales. Jonathan Barreiro y Carlos Alocén. El gallego demostró toda su fuerza en defensa y con algunas canastas muy importantes en determinados momentos del partido (10 puntos y 5 rebotes). Mirotic se acordará de su defensa durante mucho tiempo. Y que decir de Carlitos. De que planeta viniste diría alguno. El base, clase 2000, dirigió el partido con un oficio de veterano. Es un jugador impresionante, de fogonazos geniales, de una imaginación digna de crack. 9 puntos y 9 asistencias, a nada del doble-doble, demostraron que es un jugador preparado para grandes cosas y por el tiempo que estará aquí, disfrutemoslo.
Casademont Zaragoza ayer derrotó a todo un equipo Euroliga, al máximo candidato a ganarlo todo, a un equipo lleno de estrellas con un presupuesto inimaginable. Y lo ganó sin Rodrigo San Miguel y sin Reinaldas Seibutis. Lo ganó con un equipo lleno de jugadores jovencisimos. Vit Krejci y Javi García, los ojitos derechos de la afición, demostraron que pueden jugar también contra los grandes. El checo es un posible futuro crack. Al final del primer cuarto levantó la grada de sus asientos con una canasta sobre la bocina. Finalmente, los colegiados la dieron fuera de tiempo. No subió al marcador. En realidad, eso daba igual. El gesto de rasmia y felicidad el que el joven canterano la festejó, contagiaron a la grada, rendida en pie. La energía de los jovenes son algo muy importante para Fisac que, jugando dos veces por semana, tiene que dosificar todos los jugadores.
Las joyas de Porfirio Fisac derrotaron a un Barcelona que metió 1 triple de 14 intentos. Una victoria histórica para un equipo histórico. Ahora toca disfrutar, pero el miércoles ya se vuelve a la pista. Vuelve la Basketball Champions League. Y por primera vez, se juega en casa. Vuelve Europa al Pabellón Principe Felipe.
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Santiago Tedeschi