Cuando se realizó el sorteo de grupos de la Euroliga Femenina, el 18 de octubre quedaba como día señalado por todos en el calendario maño. Esa fecha visitaría el Príncipe Felipe el Fenerbahçe, vigente campeón de la Euroliga y, para la mayoría, el mejor equipo de Europa. Todas estas teorías se ratificaban tras las dos primeras jornadas de competición, donde las turcas pasaban por encima de Valencia Basket (96-66) y de Asvel Lyon (106-57). El día llegaba.
Casademont Zaragoza se enfrentaba a una de las tareas más duras de su historia. Un partido que se antojaba muy complicado y difícil de preparar, tanto en lo físico como en lo mental. Cantero en la previa lo anunciaba: “Jugamos contra el equipo que mejor juega en Europa”. Aunque explicaba que el objetivo de las mañas era “ser mejores que el día anterior, mejorando cada minuto”. A esto se le sumaba que las recientes pregoneras no llegaban en su mejor momento, alternando muchas desconexiones en sus últimos encuentros. “El principal problema que tenemos es que no tenemos grises, solo blancos y negros”, lamentaba el técnico.
Con todo ello, el gigante turco aterrizaba en Zaragoza y los focos del Príncipe Felipe se encendían delante de las más de 3500 almas dispuestas a ver el mejor baloncesto del continente. El encuentro comenzaba con las rojillas demostrando que no iban a perder antes de jugar (13-16), aunque en los últimos tres minutos del primer cuarto las vigentes campeonas reaccionaban (19-30). Todos temíamos que las visitantes rompiesen definitivamente el encuentro, pero no fue así. Tras un segundo acto de idas y venidas, se llegaba al descanso tan solo 7 puntos por debajo gracias a la actitud de las mañas. Leo Fiebich ya llevaba 18 de valoración y 3 triples.
Tras el descanso, las chicas de Cantero salían dispuestas a todo. Desde la defensa y el acierto, se lograba reducir las distancias hasta que, de nuevo Fiebich desde el perímetro, volteaba el marcador (47-46). Quedaban más de 15 minutos, pero estaba siendo el partido perfecto. Cuajando un cuarto para el recuerdo, Casademont cerraba 5 puntos arriba. La Marea Roja estallaba de júbilo con el grito de “¡Sí se puede!”. Era la primera vez en mucho tiempo que las turcas se veían superadas. Solo Kayla McBride (26 puntos) mantenía el nivel.
Tras minutos de imprecisión en ambos aros, las de Gardier conseguían ponerse nuevamente por delante, entrando en los dos últimos minutos con todo por decidir. El final apuntaba a ser no apto para cardíacos. Geldof colocaba a las rojillas a tan solo un punto. Las visitantes no fallaban desde la línea personal, por lo que Casademont Zaragoza disponía de 8 segundos para conseguir un triple y mandar el encuentro a la prórroga. Leo Fiebich, jugadora más acertada, tuvo hasta dos oportunidades desde el 6´75 para igualarlo, pero erró (71-74).
La victoria rojilla, con la que tanta gente soñaba, se escapó en un último minuto donde las turcas tuvieron más tablas. Pese a ello, el esfuerzo y rasmia de las jugadoras mañas fue inmenso, cuajando 40 minutos espectaculares ante un equipo que venía de arrasar a todos. Este partido tiene que servir para enseñar que nunca hay que dar por perdido un encuentro antes de jugarlo, y que en el baloncesto TODO es posible. Ganar en el Príncipe Felipe está al alcance de muy pocos y sino que les pregunten a las campeonas de Europa.