Si alguien estaba esperando el derbi durante toda la semana pues el partido no defraudó. Tuvo absolutamente de todo. Fue mejor el equipo oscense, más intenso durante todo el partido y con capacidad para poner una marcha más al partido. El Zaragoza se quedó con nueve jugadores al final del partido y allí pareció que le salió el carácter que se necesitaba en un derbi. El partido deja tocado al equipo blanquillo aunque acaba el 2019 en posiciones de playoff y tiene que afrontar este 2020 con la confianza de tener a un equipo preparado para todo.
La sensación ahora mismo es de amargura después de la derrota en el derbi aragonés pero la primera mitad liguera tiene buena nota para el equipo blanquillo. La derrota supone que el Huesca supere a los blanquillos en la tabla aunque falta muchísima Liga y la sensación es que ambos equipos lucharan por el ascenso directo y por estar en los playoff. El equipo de Michél se repuso de su bache negativo de las últimas jornadas y una victoria en el derbi supone mucho más de tres puntos sobre todo en el aspecto anímico. El derbi, todos lo sabemos, no es un partido cualquiera y los puntos tienen un sabor especial.
Un partido que tuvo de todo
Para el Zaragoza la derrota le envía al parón navideño con una sensación de frio en el cuerpo después de haber superado el bache que tuvo en octubre. Supero adversidades y lo hizo como un equipo grande que demostró que está preparado para grandes objetivos. Ayer le faltó intensidad y el rival fue simplemente mejor. Es una derrota dura pero hay que descansar y levantarse. Además el derbi se lleva el peaje de dos expulsiones, Guitiàn y Delmàs, que no podrán jugar el 3 de enero frente al Sporting en La Romareda. La noticia buena es que Victor recuperará a Vigaray y a Atienza para el nuevo año.
El derbi tuvo de todo, en lo futbolístico y en lo climatología (dejó una foto espectacular con el arco iris en El Alcoraz), y el Huesca fue mejor con un centro del campo más poblado y atacando las bandas de Delmàs y Nieto. El técnico zaragozano no supo reaccionar y tardó un mundo en cambiar cuando todo el mundo estaba viendo que el centro del campo estaba sufriendo. Mosquera, Eugeni y Mikel Rico se impusieron a la medular zaragocista, Kagawa no dio señales de vida desde la banda izquierda y Guti y Eguaras apenas aparecieron.
Una segunda parte para olvidar
El equipo de Victor Fernández llegó al descanso con un premio inexperado porque el gol de Soro le daba el empate tras la mejor jugada del equipo blanquillo en las botas de Puado. El Huesca ya había marcado dos goles por medio de Okazaki, uno anulado gracias al VAR y el otro fue valido. A Clemente se le vio hundido al final del partido pero el joven central tiene que aprender también gracias a estos tipos de partidos. Sergio Gómez estuvo toda el partido atacando Delmàs y la mayoría de las veces lo superó.
La segunda parte siguió el mismo tono que la primera. La pasión la mantuvo el Huesca y el Zaragoza volvió a encajar en un balón parado, otro mal endémico que se había olvidado en el equipo zaragocista en los últimos tiempos y que, desafortunadamente, en El Alcoraz se presentó de nuevo. Durante la segunda parte todo fueron nubes negras para el equipo de Victor Fernández que tardó en cambiar la medular. Luego llegaron las expulsiones con la roja directa a Delmàs y luego la que vio Guitian, que llevaba una amarilla previa. El arbitro tenia la mano suelta con las cartulinas y en pocos minutos el Zaragoza estaba con nueve hombres.
A partir de ese momento el Zaragoza sacó la pasión que le faltó durante todo el partido. Demasiado tarde. El derbi se quedó en Huesca porque lo mereció más y el equipo oscense llega al final del 2019 por encima del Real Zaragoza. Dos puntos más y ambos en zona de playoff. Los dos equipos lucharán por todo y ambos están esperando el mercado de invierno para recibir nuevos fichajes. En El Alcoraz, el primer duelo, el primer combate, fue para un Huesca mejor que quiso más la victoria.
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Santiago Tedeschi